jueves, 26 de agosto de 2010

LA P.ROCA

Hola chicos y chicas


Pues nada, ya hemos ido a la p..ROCA, es decir a Uluru, el símbolo por excelencia de Australia, la roca ¿más grande del mundo?, la verdad es que me lío con eso del libro guiness, porque siempre todo el mundo la tiene más grande que su vecino, pero lo cierto es que como grande, es muuuu grande, y más que nada impresiona porque no hay nada de nada a su alrededor y de repente ¡¡¡Zas!! Roca que te crió. Hasta llegar allí desde Kakadú (en el norte) hemos hecho unos 2.000 kms sin cambiar de estado (se llama Territorio del Norte), pero aunque el camino es un poco monótono como ya os expliqué, lo cierto es que lo hemos pasado chupi alucinando con el cambio de clima a medida que bajábamos (saca la ropa de invierno otra vez), haciendo nuestras hogueritas al acampar para calentarnos, y viviendo el ambientillo de expectación de todo aquel que iba a “LA ROCA”



Hemos tenido bastante mala suerte con el clima, el día estaba nublado y con riesgo de lluvia, con lo que de puesta de sol en LA ROCA nada de nada, pero para compensar nos encontramos con una pareja de españoles muy majos, Miguel y Mari, con los que nos echamos unas risas con la cara de frustración de la gente que se había cruzado medio país exclusivamente para ver LA ROCA y su maravillosa puesta de sol…..yo lo entiendo pero no deja de tener su gracia ¿no?, que le vas a hacer, si está nublado, está nublado. Había un chico que yo creía que nos iba a asesinar, porque en el momento álgido de la NO-puesta de sol estábamos los cinco riendo a mandíbula batiente y hablando como cotorras a volumen español…yo creo que estaba pensando ¿por qué no se irán a alguna cafetería estos pesados?, pero es que estábamos tan emocionados de poder hablar español con alguien que no fuera uno de la familia tigre….Por la noche estuvimos cenando juntos en el camping y les sometimos a la tortura de las fotos del viaje, pobrecillos.



Y qué más hay que ver por esos lares aparte de LA ROCA?, pues otras formaciones rocosas a 50 kms que les llaman “LAS OLGAS” y que la verdad es que son impresionantemente bonitas y, más grandes que Uluru, pero sin tanto significado simbólico para los turistas. Ese día estaba lloviendo, así que disfrutamos de un paseo un tanto mojado. Estas dos formaciones rocosas tienen un significado religioso para los aborígenes, especialmente Uluru y bien que lo explotan. Para dormir, al ladito hay un pueblo resort de precios astronómicos con hoteles, camping (donde estuvimos nosotros), supermercado…y ningún aborigen suelto.



Por último, a 250 kms o así está Kings Canyon, un cañón rojizo en medo del outback que os recomiendo que vayáis sí o sí, una pa-sa-da. Daniel que está hecho un campeón, recorrió con sus papás una rutilla de 6 kms que subía al cañón y seguía por sus desfiladeros para observar lo más cerca posible cortados que quitan el hipo y la cascada que nace en lo alto de la boca del cañón. Aquí sí que fuimos afortunados porque el día estaba nublado y frío, con lo que el esfuerzo físico fue moderado e hicimos un montón de paradas por el camino para comernos el bocata y las galletas de chocolate. Parece ser que cuando hace sol sólo los intrépidos pueden llevarlo a cabo, ya que no hay NADA de sombra por el camino, y el riesgo de insolación es altísimo.

Daniel lo pasó pipa, no paró de hablar en todo el camino emocionado con la expedición, inventándose historias con las que Jose y yo nos partíamos de la risa. Para finalizar, debido a las lluvias se había formado un pequeño río al final de la ruta, que todo el mundo tenía que atravesar descalzo, Daniel se sentía como un verdadero explorador y ni siquiera protestó cuando tuvo que atravesar el río de agua congelada que a él le llegaba casi por el culito. Fue un día precioso.






A la vuelta y como colofón de un día tan especial, ya haciéndose de noche, la luna llena salió de entre las nubes que nos habían acompañado durante tres días, una luna grande, redonda y brillante, de esas lunas que nos vuelven locos.

Sólo nos quedamos con ganas de salir un poco de las carreteras asfaltadas para conocer el outback más de cerca, pero para eso necesitamos un todoterreno y no tenemos presupuesto para además alquilarnos uno…..y no iríamos tan cómodos con Daniel como en nuestra super fregoneta que puede hasta llevar sus juguetes, pero bueno, para otro viaje.

Así más historietas que contar…que nos hacemos siempre la comida en nuestra cocinita, nos ahorramos un montón de pasta, porque comer de restaurante es prohibitivo…y bueno, no es que hagamos pato a la naranja, pero nos cuidamos bien. El día que estamos cansados y no nos apetece cocinar tenemos los maravillosos noodles, no sé si os había hablado de ellos, pero son baratísimos, es un bote con una especie de pasta precocinada que se llama noodle, dos bolsitas de polvos llenos de estabilizantes y conservantes, le echas agua hirviendo, esperas dos minutos y voila¡¡¡ ya tienes un plato de hidratos de carbono calentito.

Y esto que ios cuento chicos, ya estamos de vuelta hacia el estadodo de Queesland buscando esas temperaturas templadas que tanta fama le dan. El territorio del Norte ha resultado ser un tanto extremo en ese sentido. Vamos a una granja de ganado que está un poco lejos

besitos

sábado, 21 de agosto de 2010

OJU, QUE CALO EN KAKADU

Hola chicos y chicas


Aquí seguimos, con nuestras aventurillas por Australia. Después de nuestra experiencia wwoofer, y antes de la siguiente granja, hemos pensado en poner a prueba nuestra campervan y hacer algún viajecillo (que aquí en Australia lo de viajecillo es un decir, pues realmente es un continente).

Como nos picaba la curiosidad por saber que sería esto del outback (el interior del país), aquí estamos, viajando por la carretera interior que une Australia de norte a sur. Nos apetecían dos lugares a los que podíamos ir con Daniel…una de ellos era la famosa roca Uluru, en el centro del continente, y otra es el norte, Darwin, donde hay dos grandes parques naturales, el de Kakadu y el de Litchfield…Al final sobre todo por Daniel, decidimos ir al norte, donde hay mar y más animalitos.

Hemos estado tres días en Darwin, una ciudad muy agradable con un montón de zonas verdes donde la gente retozaba feliz entre merenderos, barbacoas, bancos desde los que mirar el mar…pero ojo¡¡ sólo mirar, pues cocodrilos, rayas venenosas, algas idem, medusas también idem estaban ahí para morderte el culito ¿quién da más?, pero como aquí son tan apañaos, se han hecho un lago de agua salada donde puedes bañarte sin arriesgarte a ser la cena de nadie. Hemos hecho algunos cambios a nuestra fregoneta ahhhh, esas tardes en el parking del Bunnings (leroy Merlin), como las echábamos de menos….y directos a Kakadu, yuhuuuuu



Kakadu: El mayor parque natural de Australia, cientos de kms cuadrados de ….mosquitos, hacen un total de: demasiados mosquitos para poder disfrutar nada, tantos que no puedes ni pensar, ni hacer la cena, ni nada de nada, y más que insecticida quisieras tener granadas de mano o quemarte a lo bonzo…..para dormir tienes que montar un dispositivo con un protocolo que tienes que seguir de forma exhaustiva porque un solo fallo podría ser fatal. Por el día, un calor de estos de Sevilla un 15 de agosto+ tábanos asesinos+ moscas cojoneras+ cocodrilos en los ríos (no hace falta pagar un tour para verlos)+el picor horrible en todo el cuerpo de todos los mosquitos que te picaron la noche anterior , ah, sí, también hay puestas de sol alucinantes, humedales llenos de nenúfares donde viven aves maravillosas y canguros que van a beber a la orilla, pinturas aborígenes con miles de años de antigüedad, carreteras imposibles que sólo puedes acceder en 4x4, tours a precios prohibitivos …..Pero de verdad que se hace difícil disfrutar todo esto con el cuerpo lleno de ronchas, las uñas llenas de piel de tanto rascarte y un sol abrasador…..yo me acordaba todo el tiempo de una fiesta de disfraces de compañeros de trabajo de Jose en la que un chico iba disfrazado de ducha, era una visión que me atormentaba continuamente……too much pa’l body, así que a los tres días dijimos….agur con el yogur ¡¡¡¡¡.ya volveremos en otra ocasión…… si eso.




Ahora vamos para el sur, a ver la roca Uluru esta que total, como está “aquí al ladito”….pero lo que quería era contaros un poco de la vidilla del viaje por carretera, porque de verdad que para nosotros los españoles es de lo más curiosa…..Las carreteras son rectas en un 99% y no hay montañas, son kms y kms de nada, te puedes encontrar por el camino con los road trains, son camiones trailers que llevan una hilera de hasta 10 vagones…tienen preferencia porque se les hace muy difícil parar, vamos que son como una apisonadora, y cuando pasan a tu lado se mueve “TO”, el resto de los vehículos son en un 89% campervan, autocaravanas, 4x4 con motorhome, autobuses antiguos transformados en caravanas (nuestros preferidos, son chulísimos)


, y todos tipo de vehículos adaptados para poder dormir dentro. Te cruzas con un coche cada cuarto de hora o más, y la gente se saluda tipo camionero, con una leve pero amigable subida del dedo sobre el volante tipo eeihhh como va eso ….Aquí se estila mucho lo del camping y lo de ir a pescar, con lo que bien en tus vacaciones o bien cuando te jubilas, varios meses al año vives en la caravana. Para dormir tienes varias opciones:

- Pagar un camping (hasta en los pueblos de mala muerte hay mínimo un camping)

- Una especie de áreas de descanso al lado de la carretera, son gratuitas, tienen baños y agua para fregar los platos y a veces para beber, y tienes ambientillo garantizado, porque está lleno de amiguitos que forman la expo caravan 2010. Me encanta darme una vuelta y ver a gente cenando con la mesa camping, cada uno con su casita sobre ruedas. Los abueletes están super orgullosos de sus caravanas y las cuidan un montón. Eso sí, la gente es muy tranquila y a las 9 de la noche sólo se oyen los bichitos del campo.

- También hay zonas de camping sin servicios que están más lejos de la carretera que suelen tener papeleras y poco más, pero están más en el campito.

- Buscarte la vida y dormir donde quieras, eso sí, nunca en un núcleo urbano porque la policía te puede decir que te vayas.

En las tres últimas opciones te puedes duchar en las gasolineras de la carretera, gratis o pagando 2 eurillos o así por persona, y de verdad mamá que está todo mu limpio y es agua caliente.

Está chulo lo de levantarse por la mañana y zas, ya estás en la calle, tu cafecito, tu charla de desayuno, saludas a tu vecino con la legaña todavía en el ojo mientras cantas…vivo en la carretera, yeahhh. Pero no vayáis a pensar que esto es radical o underground, es todo de lo más civilizado, que estamos en Australia, ojo.

Ayer por la noche estuve hablando con unos sudafricanos que llevaban tres años recorriendo el mundo en bicicleta…uff, estos sí que habrán deseado ir disfrazados de ducha más de una vez.

Respecto a las campervan, compradas o alquiladas, la gran mayoría son gente joven, los backpackers de los que ya os he hablado, en su gran mayoría son franceses y alemanes (no sé porqué ingleses no), también hay holandeses, suizos, austriacos, australianos, algún italiano……los más manitas son sin duda los franceses…les encanta modificarlas, los alemanes son más prácticos, y con tener una cama y un volante se conforman. Españolitos de veintipocos, animaos¡¡¡¡¡¡¡¡¡ a finales de noviembre vendemos nuestra fregoneta en Sydney.

Y nada, para terminar este exceso de información, por la carretera un montón de canguros muertos en la carretera, o vivos cruzándola a la caída del sol, poing, poing, poing, alguna serpiente, termiteros gigantes como personas de altos y pare usted de contar.

Y eso que os cuento, que estamos todos mu bien, y os echamos de menos

lunes, 9 de agosto de 2010

Woofer, y esto que é lo que é? La Granja de Nadine y Benjamin.

Érase una vez una familia tigre, a veces familia koala, que viajando por Australia pensaron en pasar un tiempo en una granja para ver como viviría la gente allí. Tras enviar algunas cartas de presentación, por fin recibieron la invitación de Nadine, en Silkwood, una granjera que cultivaba vegetales en su jardín. Nadine vivía con su marido Benjamin y sus cuatro hijos en una casita en medio del rainforest (jungla tropical).


¿Qué cultivarán?- se preguntaba papá tigre

¿Habrá arañas? Decía aterrorizada mamá tigre

¿Tendrán juguetes?, decía el tigre-pájaro Daniel

El primer día en la granja resultó ser un cúmulo de sorpresas…., todo era nuevo para ellos. Mamá tigre intentaba no parecer una histérica, pero sólo veía arañas por todas partes, grandes, pequeñas, marrones, de colores, su único consuelo era que parecían estar a sus cosas y pasaban millas de ella. En su desconocimiento del mundo animal, siempre había pensado que las arañas acechaban agazapadas y cuando pasabas a su lado …¡¡Zas!! picotazo al canto.

Daniel estaba como loco con sus cuatro nuevos amigos, y a él sí que no le importaba parecer un histérico, daba rienda suelta a su alegría sin importarle nada, y ellos les hacía mucha gracia.

Jozelito estaba flipado miraba para todas partes y no sabía donde ponerse… desubicado total…

Nos enseñaron el baño…un caminito entre los árboles (con linterna por la noche), y allí estaba el toilet, podías ver la vegetación de la selva y escuchar sus sonidos mientras hacías tus necesidades más elementales. El baño era lo mejor…una bañera en el porche al aire libre, una gozada..Los días de lluvia las ranas cantaban tan alto que parecía que se iban a desgañitar, su canto unido al resto de los sonidos de la selva, formaban un coro un tanto singular para amenizar la velada.

Lo cierto es que sus sentidos estaban siendo desafiados con nuevos olores, sonidos, sensaciones, y esto, amigos míos, no pasa todos los días. Cuando notas que tienes que abrir tu mente un poquito más para dar cabida a lo que estás sintiendo es que estás aprendiendo ¿no?. Pues es lo que sintió la familia tigre en la granja de Nadine. No todos vivimos igual no todos queremos lo mismo, pero a veces llegamos a pensar que sí, que son pocas las opciones a elegir. Si algo descubrieron mamá y papá tigre, no es que quisieran ser granjeros orgánicos, es que por mucho que te digan, siempre hay más opciones para montárselo de mil maneras.

Nadine y Benjamin cultivaban para su autoconsumo, y no eran totalmente vegetarianos, pero su cocina estaba basada en vegetales y en alimentos orgánicos, y esto último lo llevaban muy a rajatabla. Es cierto que en Australia en los supermercados hay una sección gigantesca dedicada a estos alimentos, pero los precios son mucho más altos que los no orgánicos, y siempre es un poco ir a contra corriente. Hacían su propio pan, la pasta, no tomaban alcohol…Disfrutamos mucho de cómo cocinaban, no así Daniel, que echaba de menos un filete con patatas (bueno, nosotros a veces también, y con un riojita)

La familia tigre estaba allí de WWoofer, que para refrescaros la memoria es un voluntariado en granjas orgánicas a cambio de comida y alojamiento. Estos granjeros suelen cultivar al por menor, y normalmente no se pueden permitir trabajadores profesionales, así que acogen wwoofers en su casa. Para nosotros era la primera vez, y a veces nos sentíamos un poco raros, es como si pasas todo el día con tu jefe….además suelen vivir a tomar por c…con lo que las posibilidades de moverte a tu aire se reducen. Para nosotros ha sido una experiencia muy bonita, pero también muy intensa, con deciros que a las nueve de la noche todos los días estábamos los tres roncando (quien nos ha visto y quién nos ve).

Papá tigre se metía en lo que aquí llaman el bush (la selva) y básicamente su trabajo era destruirla para conseguir terreno para plantar…allí estaba con una guadaña y un azadón, a saco con la naturaleza…Sí, sí amiguitos de Félix Rodríguez de la Fuente, vuestro hombre de las finanzas ha destruido la casita de muchos animalitos, tanto así que veía como quedaban homeless a su paso arañas, escalopendras gigantes, serpientes, sapos, culebras, escarabajos, gusanos, mariposas, wallabies (canguros)…Lo que más yuyu le daba era cortar lianas, porque era como jugar a la cucaña, tu das el golpe y no sabes lo que te va a caer… arañas, serpientes…

Nota de papá tigre: el bush, como otros ecosistemas también sufre de especies vegetales invasoras, muchas de ellas verdaderamente voraces por su rápida expansión, así que mi curre fue limpiar zonas de estas invasoras guadaña en mano, además de las “enredaderas” que parasitan a los árboles… para qué? Para plantar otras especies invasoras para el consumo humano, sobre todo sweet potato… así que a veces tenía una sensación contradictoria… pero este pedazo de tierra en mitad del rainforest da de comer a una familia (no comercializan nada de la producción) y si quieres comer de la tierra, tanto aquí como en todas partes, hay que pelar… eso sí, me aseguré de que la onda de esta familia es integrarse en ente medio, que por cierto es bastante duro… por ejemplo no matan wallabies ni otros animales que directamente se zampan parte de lo cultivado… las arañas son aceptadas incluso en casa y os aseguro que son como manos y muchas de ellas venenosas, a las serpientes (sobre todo pitones) también se les deja en paz… así que desde mi óptica encajan en algo que yo conozco como RuNa.

Mamá tigre se metía en el jardín a quitar cosas y a plantar otras, era chulo ver todo lo que había debajo de la tierra…gusanos, arañitas hormigas y demás bichitos..eran todos muy majos y te daba la sensación de que eras la prota de una película de terror, porque cada vez que levantabas un trozo de tierra veías a un montón de animalitos corriendo despavoridos para todos los lados presa del pánico. Ah¡, también limpiaba y limpiaba, que esto de ser familia numerosa es lo que tiene.

El tigre pájaro Daniel andaba por allí jugando todo el día con alguno de los amiguitos, y cazar gusanos y ranas era su deporte favorito. Los niños eran un encanto, y para que os hagáis una idea, cuando nos íbamos a dar un paseo por el campito, yo siempre tenía la sensación de que ellos cuidaban de nosotros y no al revés…..daba gusto verles correr todo el día descalzos, subirse a los árboles, colgarse de mil sitios…nada que ver con los niños de Madrid, desde luego.

En dos días ya le habíamos perdido el miedo a ir al baño por la noche, jeje y lo pasábamos pipa explorando los alrededores con los niños. La mayor de los hermanos, Wren, de 10 años, un día me dijo, “lo que más me gustaría sería volar”. Pero chiquilla, si ya vuelas, la teníais que ver corriendo descalza, es que no corría, volaba. Yo intentaba cogerla, pero perdía la mayor parte de mi tiempo en ver por donde pisaba con zapatillas y todo.

Pues eso que os cuento chicos, que estamos muy agradecidos de que la familia de Nadine nos acogiera en su casa y compartiera con nosotros su forma de vida. Gracias a ellos hemos aprendido el valor de muchas cosas que compramos en el super por dos duros y que llevan mucho trabajo encima. Así que ya sabéis, cuando compréis una lechuga, miradla con ojitos tiernos que bien los merece.



Besos a todos