sábado, 10 de abril de 2010

ADIOS EL BOLSON, ADIOS PATAGONIA, ADIOS ARGENTINA…….

Hola amigos…sí, ya nos hemos ido de Argentina y de nuestra cabaña del El Bolson, y no creáis que no nos costó….nos sentíamos como en casa, y se me hacía raro irme pensando que no volveríamos. Como diría mi amiga Anita, no hay que apegarse a las cosas, pero cada vez que nos vamos de un sitio no puedo evitar sentir la pérdida, noto que los lugares en los que hemos estado, la cama en la que hemos…dormido, la mesa en donde me sentaba a escribir el blog, aquel banco del parque donde nos sentábamos a ver jugar a Daniel, se han apegado también a nosotros en cierta forma y conservan escenas, risas, aromas de lo que fue nuestra vida allí. Por eso debe ser que hay ciertos sitios que te hacen imaginar lo que fueron en otros tiempos, ¿quién viviría aquí?, ¿serían felices?, esos sitios que parece que hay…presencias, como el hostal en Punta Arenas….¿me imaginará alguien algún día escribiendo el blog en la ventana de la cabaña?.

Frente a esta sensación afortunadamente tengo otra que me anima a seguir: la curiosidad por lo que vendrá, los nervios en el estómago ante un nuevo viaje, un nuevo sitio para descubrir, nuevas gentes, olores, sabores, una nuevo alojamiento que hacer nuestro. Jose se ríe porque dice que aunque sea por una noche, siempre me gusta desplegar mis cosas en el sitio donde dormimos. Un ritual que me encanta cuando llego a un hostal…casi como estrenar casita nueva cada pocos días….coloco mi cepillo de dientes, los zapatos, ¿Dónde cuelgo mi chaqueta?, ¿y el secador?, me gusta fijarme en todos los detalles de la decoración, sobre todo los detalles que se nota que alguien ha pensado para hacerte sentir confortable. Me parece un trabajo muy agradable, el hacer que un viajero tenga en tu hostal un sitio donde descansar al final de un día de nuevas sensaciones, y hacer pues eso, que se sienta como en casa.

El último día del Bolsón hizo un sol radiante, lleno de vida. Para despedirnos como merecía fuimos a ver el bosque tallado, que como su propio nombre indica, es un bosque con esculturas de artistas argentinos, en su mayoría locales, realizadas con árboles de allí. Para ir al bosque tuvimos que hacer un recorrido de 45 min aproximadamente por un sendero bastante empinado, que os aconsejo que no hagáis nunca con un niño de tres años. La excursión fue una maravilla, pudimos disfrutar de unas vistas del valle y de las montañas de los Andes que quitaban el hipo….Ah¡, y la noche antes se vinieron a cenar las amiguitas de Daniel y sus papis, todos muy majos, eso sí, de toda la conversación yo tenía que preguntar por el significado del 50% de las palabras, y eso que hablamos el mismo idioma, parecíamos guiris, bueno, de hecho lo somos.





Sé que extrañaremos mucho la Patagonia, pero conservaremos el recuerdo de esos paisajes inmensos con horizontes lejanos (y sin Brad Pitt), el viento en la cara, las carreteras eternas y solitarias, esas formaciones de nubes que nunca antes habíamos visto, los glaciares solemnes y tronadores, los lagos que parecen mares y sobre todo la sensación de que en la Patagonia la naturaleza es la gran protagonista, y nosotros… pues estamos de paso. También echaré de menos la tranquilidad de sus gentes, su variedad …..hablando de gentes otro día recordé que no había contado nada de los gauchos, es algo que me llamó la atención cuando les vi, son igualitos, igualitos a como os lo podéis imaginar, el sombrero, el pelo largo, el pañuelito, la camisa, los pantalones con vuelo y las botas a la altura del tobillo…eso sí, una duchita no les vendría mal, porque parece que se han dado un revolcón con caballo incluido, ah¡¡¡¡ y la verdad es que lo único que no extrañaré será la comida, ayyy si es que como la comida española, lo siento pero..no hay otra igual.

Y bueno, ahora estamos, en Puerto Montt (Chile), después de un día entero en autobús con pasada de controles por la frontera chilena, que si ahora te paso el perrito, que si ahora te registro el equipaje, que si de quien es esta caja, que si no aparece el dueño de aquí no se va nadie….madre mía vuelta al cole parece esto, pero parece ser que aquí es peor pasar una manzana por la frontera que un alijo de droga.

Aquí nos quedaremos poco porque ahora nos vamos para Santiago de Chile donde hemos quedado con Bea, una amiga española que se ha enamorado de un chileno y se queda a vivir en el norte del país a montar un hostal y a organizar excursiones turísticas...nos ha propuesto un viaje en carretera hasta San Pedro de Atacama...una tiradita, pero es una oportunidad de oro para conocer el norte del país.
Bueno chicos, hasta la siguiente entrega de la familia guanaco, que mientras no seamos la familia cebolleta está todo bien.

Un beso a todos

2 comentarios:

  1. Pues nada, paciencia para los 1.600 km. Según Google maps el tiempo de desplazamiento es "1 día, 5 horas".

    El bosque, pu potito, sobre todo el de los dos brazos, con una mano abrazando el otro brazo.

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  2. Pues a vuestra amiga Anita, y los apegos, gracias por la referencia a mi humilde persona y a la filosofia de vivir el momento le alimentais el ser mas aun con lo bonito y bellos que describis todo..me encanta lo tu ritual tantrico de dar vida al lugar con algunos de tus objetos¡¡¡ Besos. Anita

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