SYDNEY: QUE PASADA¡¡¡

Hola chicos, aquí una nueva entrega de la familia tiger, recién llegados a Cairns (Noreste de Australia) no sé si acabaremos siendo la familia koala, pero desde luego pondremos de nuestra parte.

Pues ya estamos en Australia, y se supone que no vamos a cambiar de frontera en seis meses, que es lo que tenemos de visado….la verdad es que nos parece raro después de tantos cambios de frontera, sellos de pasaporte, sonrisas al oficial de turno, cambios de moneda, después de cambiar la hora y la fecha del reloj cincuenta veces, e incluso de idioma…..Ahora tenemos que tomar decisiones más a medio plazo sobre si liberar los móviles, abrir una cuenta corriente en incluso si comprar una furgo de segunda mano para revenderla después.

Bueno chicos, afrontemos la verdad, cuanto antes mejor: los australianos son una raza superior, sí, vale, no saben jugar al futbol, si os queréis consolar con eso…..Sydney es una ciudad impresionante…no he visto otra cosa igual, ¿cómo pueden vivir 4 millones de personas y que todo esté tan limpio y funcione tan bien?, por favor me lo expliquen…de verdad que sin duda nos dan cincuenta vueltas, tan calladito que se lo tenían, ahí, escondiditos en la esquinita del mundo, la la la a ver si no se dan cuenta y ya no viene más gente fififfi. Sin duda son más altos, más guapos, más deportistas, más multiculturales más…de todo…podríamos decir que el australiano típico es cocodrilo Dundee, pero, no, también es el chino-japonés-coreano, los indios de la India, y bueno, los aborígenes, claro, que en Sydney misteriosamente casi no había.

Estuvimos disfrutando de la ciudad todo lo que nos permitía el bolsillo, que no es mucho decir, pero bueno, nos tomamos nuestra cervecita a medias, hicimos unas cuantas visitas al MacDonalds y asistimos a los espectáculos gratuitos que nos ofrecía la ciudad, que eran una pasada.

teatro en the rocks, se lo montan bien, con barco y todo

lo mezclan toíto, indios, aborígenes...dragones..

y la Opera House iluminada camaleónica al fondo

Eso sí, pagamos para entrar en el Opera House…ya sé una turistada pero esto es como las obras, ya que estás….Y que deciros, que les encantan los rascacielos, decorar la ciudad con un montón de lucecitas de colores, tomarse su cerveza después del trabajo en la terraza del bar aunque haga frío, también les encantan los cartelitos con lo que puedes y no puedes hacer, no vimos nada que realmente se pudiera considerar como alternativo (aunque seguro que lo habrá, nosotros sólo estuvimos en el centro), no se puede fumar en ninguna parte, y hay cámaras de seguridad por toda la ciudad, lo tomas o lo dejas.

esto sí, esto no.....

no podía faltar la típica foto

El último día estuvimos en una fiestuqui de un barrio que se llama “The Rocks” y había puestos de comida y tiendas en la calle (todo siempre muy bien puesto, of course), podías encontrar comida asiática, que les encanta, italiana y como no, española, nos estuvimos tomando una paellita que no estuvo nada mal. También había música en la calle y….baile, nos partimos la caja con un grupo de flamenco formado por: australianos, indios y asiáticos incluido, eran muy graciosos, le ponían muchas ganas y mucho sentimiento, la profesora era una australiana que había aprendido a bailar en Sevilla, ARSA¡¡¡.

es todo tan bonito...será de verdad?

Daniel me dice que escriba que a él sólo le gustó el zoo con los canguros y los koalas, que el resto de la ciudad le pareció un mareo.

Aquí Daniel, aquí unos amigos

something dies in the soul when a friend is gone, ipia, ipi, ipia, ipia

Hemos estado un total de ocho días en Auckland y una semanita en Sydney y me doy cuenta de una cosa, bueno, de varias……No sé si tienen que ver con que me hago mayor, o que las ciudades ya me parecen todas iguales o que ya estoy de vuelta o que ya tienen poco que ofrecerme o que es duro estar con un niño de tres años en una ciudad….o todo junto….

Pero me doy cuenta de que echo de menos la naturaleza, echo de menos el sonido de los árboles en el Bolsón, las montañas y los lagos de la Patagonia, los horizontes despejados de El Chaltén, el cielo que arde al atardecer en Atacama, los sonidos del amanecer en la Polinesia, el silencio de todas esas noches en Isla de Pascua, mirando las estrellas desde las escaleras del porche……Echo de menos esa sensación de SILENCIO a tu alrededor, esas conversaciones sin prisa con los amigos que nos hemos ido encontrando por el camino….Daniel echa de menos a su amiga Valentina del Bolsón al perrito Tea de Isla de Pascua, al gato Gatún y al perrito Chocolate de Moorea, echa de menos correr por la playa, saltar en el campo…..y Jose echa de menos.. Isla de Pascua..

La cuestión es que con los quince días que hemos pasado en ciudades hemos tenido bastante, por lo que nos hemos cogido otro avión, y en tres horas y media (en lo que uno se sale de Europa casi) nos hemos plantado en el Noreste del país buscando tranquilidad y calorcito….y aquí estamos, en la tierra de los cocodrilos, ya os iré contando que tal.

Ejercicio de hoy: Sales del hotel por la mañana dispuesto a patearte la ciudad, allá vamos….en la calle: coches, motos, semáforos para ciegos componen una sinfonía que te acelera las pulsaciones…….: el centro de la ciudad te ofrece miles de opciones para disfrutar: restaurantes, tiendas, música, tanto que se te hace difícil elegir algo, gente, mucha gente, algunos en ropa de deporte corriendo de aquí para allá, ay, yo que cada día retengo más líquido…y encima sin teñir. Otros vestidos de oficina con su café para llevar son tragados por edificios a estrenar. Por la noche la ciudad se viste de gala y miles de luces acompañan a las estrellas…arte en la calle, luces de colores adornan edificios emblemáticos, ahhh ya no sé ni dónde mirar. Al final te acercas a un grupo de gente que se lo está pasando pipa con un artista callejero, se lo curra que no veas, risas,…..la gente parece feliz en esta ciudad y yo me siento turista.

besitos