EL VIENTO NOS AMONTONA

Hola chicos y chicas

Estamos estado muy ocupados cruzando y descruzando fronteras, por lo que no hemos tenido mucho tiempo de actualizar el blog. Nos fuimos de Calafate (Argentina) con mucha penita, pero con ganas de descubrir el sur de Chile, por lo que en cuanto las muelas de Jose nos dieron tregua, “agarramos” como dicen por aquí (nunca cogimos, ojo, importante) un bus con dirección Puerto natales para ver el parque Natural Torres del Paine. Paramos en la frontera chilena con el autobús, y tooodos los pasajeros tuvimos que bajar nuestras maletas y pasarlas por un escáner que creemos que era de pega y declarar si llevábamos algo de comida, semillas….sobre todo fruta, porque parece ser que le tienen declarada la guerra a una mosca que no la quieren en Chile ni en pintura…..El control acojon…un poco, asì que sacamos toda la comida que teníamos y nos pusimos a comérnosla allí mismo mientras hacíamos cola, había una pareja coreana que se apuntaron a comer kiwis con nosotros (Mireia, tu navaja suiza es lo más), y como teníamos montado el picnic le dije a la coreana de broma que sacara el vino, y con cara de flipada me dice, no, vino tampoco puedes pasar….a los cinco minutos la mujer se dio cuenta que era una broma y allí la dejé, riéndose ella sola. Por cierto, sí, nos quitaron el jamón, ca....#x~#

Y nada, el sur de Chile mu bonito y ventoso, en Torres del Paine nos hizo un tiempo variado por decirlo de alguna manera y en Punta Arenas (más al sur, en el estrecho de Magallanes) no es que hiciera viento, es que claramente alguien se había dejado la puerta abierta...de la Antártida. En Punta Arenas estuvimos en un hostal precioso, era una casa colonial de la época en la que la ciudad era una potencia exportadora de lana a Europa, muchos europeos hicieron fortuna allí, y se hicieron unas casitas que no veas. Yo me sentía como Scarlata O'Hara con escalera y todo, y mi Joze era mi Clark. La dueña, Cyntia, era una mujer encantadora con una nieta de 4 años de la cual Daniel se enamoró perdidamente, su primer amor transoceanico....era romance era imposible, ellos lo sabían, pero compartieron sus juguetes, y vivieron el presente. Ay, cuantas cosas que contaros...también allí fuimos a ver una isla llena de pinguinos, eran más monos...y bajaban las cuestas con mucho garbo, eso sí, ya veréis las fotos, nos pusimos encima toda la ropa que teníamos.

La zona del estrecho de Magallanes tiene su punto misterioso, aquí vivían los indios con su taparrabos tan tranquilos y empezaron a llegar europeos que la pasaron canutas, todos los barcos naufragaban a causa del viento, por lo que fue una tierra de aventureros y busca fortunas. Los indios autóctonos la palmaron todos por el sarampión que trajeron de Europa...y los que hay ahora provienen de otras zonas del país, hay que decir que están un poco empanadillos, no pretendo hacer comentarios racistas, pero de verdad es que están empanaos..¿o nosotros estamos acelerados?, no sé deciros

Y ahora estamos en Bariloche, bueno, a un pueblo a 120 kms llamado el Bolsón, a sólo dos horas en avión+ 8 horas de autobùs+otra frontera de donde estábamos. Las distancias aquí son una locura...pero no queríamos estar cerca de los terremotos y esta zona es preciosa...hemos alquilado una cabañita de madera..de cuento, ay cuantas cosas..

besitos a todos, os echamos de menos